Todavía disfruta repasar la primera vez que escuchó un sencillo suyo en la radio, Por fin, en 2017.
“Fue un tema mío solo. Escucharse fue como un logro, como que ‘diache, ya está pasando, ya estamos en la radio’. Hasta mi mamá me llamó. Todo el mundo me llamó, alegre”, recordó con entusiasmo el intérprete urbano puertorriqueño Brray.
Desde entonces, numerosos éxitos muestran su desarrollo en la industria del género urbano. Con una trayectoria musical joven, el trapero ha grabado ya para pioneros del reguetón que escuchaba mientras crecía, como Wisin y Yandel, Zion y Lennox, Arcángel y Ñengo.
Pero mucho antes de sobresalir con sus temas y ser solicitado para realizar colaboraciones, era solo un fanático al que todavía la música no lo llamaba a nivel profesional, porque el béisbol era el que ocupaba su principal interés.
“Llegó un momento en que jugar pelota para mí era todo, por encima de la música, porque yo era bueno”, dijo Brray, quien desde niño jugó béisbol organizado en el circuito de pequeñas ligas de Puerto Rico. “Tenía futuro y lo veía como que si yo quería estudiar (con una beca en una institución académica) para estar bien en la vida, podría”.
Pero eso cambió cuando en un juego a sus 17 años, sufrió una lesión en su brazo derecho. “Fue duro, jugando pelota desde los 4 años”, lamentó Bryan García Quiñones, quien entre los temas recientes que promueve, se incluye el sencillo No lo compro, con Urba y Rome. “Ahí mismo decidí coger más la música como rumbo”.
Dos años antes de ese momento doloroso, a sus 15, fue cuando sintió el entusiasmo fugaz de ver en la música una posibilidad para explorar sus talentos. “Fue cuando fui al concierto de Los Vaqueros, el primer concierto que yo fui en mi vida al Choliseo (Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot). Fue de Wisin y Yandel, y cuando salí de ahí, estaba inyecta’o, puesto para grabar, aunque las primeras canciones que grabé fueron una porquería”, afirmó entre risas. “Ellos me inspiraron a empezar”.
Pero dedicarse de lleno a interpretar sus temas con miras a vivir de la música, tras el revés en el deporte, no fue visto del todo bien para su familia.
“Al principio no me veían así, ni mami, ni papi, ni nadie, pero cuando vieron que ya había un meneo sin pedirle ayuda a ellos, cuando a mi mamá la gente por ahí le decía ‘que Brray, que si esto’, ahí fue que se dio cuenta de que algo estaba pasando”, reveló el artista, quien cursó dos años de contabilidad, y obtuvo un grado en administración de redes cibernéticas e información. “Estudié eso para que mi mamá viera que yo tenía un diploma de algo”.
Se suman logros
A estas alturas, su trayectoria ha ido fortaleciéndose con trabajos que han contribuido a catalogarlo como uno de los exponentes con más éxito de la nueva generación de artistas urbanos. Recibió un Premio de la Música Latina ASCAP, y un Premio Lo Nuestro por remix del año, ambos por el tema La Jeepeta Remix.
Temas como Frío (Arcángel), Préndelo (Wisin) y Arranca pal ca… (Karol G) cuentan con su voz como parte de las colaboraciones.
Uno de los trabajos recientes fue para el tema Philliecito con la cantante Natti Natasha y Nio García, que presentaron en la ceremonia de los Premios Juventud que se realizó en julio. Además, un álbum, Err Bambini, se perfila como parte de su labor para este año, del cual el sencillo La depre, con Zion y Lennox, formará parte.
Pero el trapero no se recuesta del éxito. “Ha aprendido de los grandes que no es que ‘ya pegué un tema, pues ya voy a pegar diez más’. De esa misma gente he aprendido que uno tiene que seguir trabajando y tiene que seguir sumando música, porque tú no sabes cuál es el tema que se va a pegar”, resaltó el intérprete, uno de los que se presentará en el TrapBow en el Coca Cola Music Hall este 5 de septiembre, junto a otros artistas del género urbano.
“A mí me gusta más el trap. Pero mi estilo ahora mismo es que todo el mundo me llama para hacer temas de reguetón, que ahora es lo que más está pegando”, dijo Brray, quien adelantó que colaboró en temas para el nuevo álbum de Nicky Jam, y el que lanzará Farruko.
Si bien disfruta en grande la interacción con el público y con sus colegas en la música, guarda con recelo su faceta como papá.
“Yo no tengo puesto el disfraz de Brray todo el tiempo. Yo tengo mi vida de Bryan. Soy papá de dos hijas. Ahora mismo me gusta estar tranquilo en mi casa”, afirmó con énfasis el padre de Amalia Rocío, de dos meses de nacida, y de Gaïa Victoria, de 5 años, producto de una relación anterior.